2 de abril de 2016

MI CASA



into the wild

La primera noche escuché una canción que abrió una ventana a la adrenalina de los viajes. “Es un duro y gran Sol” decía la letra, y la música rugía como para no olvidarse que ya estabas dentro de la aventura.
Me he detenido los últimos días, a la orilla del mar. No he podido evitarlo, ni tampoco quise. Mis pies fueron arena y mi cabello, sal. La mirada se confundía con el viento y las huellas querían ser una piedra más.
Observé al mundo desde todas las estrellas que vi en el cielo. Vi lo ridículo que somos perdiéndonos en laberintos que caen al vacío. El mismo vacío que, girando hacia un lado y otro la cabeza, no logro abarcar.
Encuentros de mates o de vino blanco en un atardecer para un cuadro, o en la noche de luna creciente que nos escucha reír. Estos momentos, especialmente, acariciaron mi soledad poeta.
Mi casa ha sido la certeza durante los últimos días, y parte de mi casa ha quedado en el rastro que dejé. Un hogar como el deseo de aventura que alimenta cada partida. Mi casa fue hundir los pies en el pequeño médano y sentir la cosquilla de la arena que se levanta al avanzar. Mi casa fue la decisión impulsiva en un momento cualquiera, de interrumpir lo que estaba haciendo, para ir hasta la orilla del mar.
Caminar cada paso separando los dedos y abarcarlo todo desde un solo gesto.
Mi casa fue sentirme cómoda descalza y en traje de baño, y la certeza de poder hacerlo así en cualquier ocasión. Mi casa era yo misma despertando y atardeciendo, agradecida al universo.
Un duro y gran Sol ruge mientras la ruta me devuelve hacia otro lugar. Traigo por dentro mi casa, llena de estrellas y espuma y aire de armonía. La aventura de encontrar en el espejo cada día una sonrisa, es la que jamás abandono. Como la aventura de volver a la naturaleza: a las montañas o al inmenso mar.

23 de marzo de 2016

el niño que sueña



esta mañana es la mañana del niño que sueña
este desayuno es el desayuno que no puedo beber
este nudo en mis tripas es lo que me sorprende
esta ansiedad de igualdades es la ansiedad de un abrazo que me contenga
a mí también

esta mañana es la mañana del niño que sueña
este llanto sin contener es el sueño que cualquier niño debe soñar
estos planes para estar presente son el hogar nuevo que quiero construir
este desayuno con los ojos de una niña madre
sometida, analfabeta
sólo puedo beberlo si me abrazás fuerte hoy

esta mañana es la mañana del niño que sueña
que hoy nos recuerda en un juego de mesa
que hoy se alimenta de una carcajada que nos regaló
que ha recibido un abrazo cálido de un extraño
y hoy sé que ha aprendido un poco más del amor

esta mañana es la mañana del niño que sueña
y su sueño está en los ojos que fotografié
y sus ojos están en mis zapatillas llenas de barro
y en estas lágrimas que no me dejan ver
y su sueño está más allá de las paredes del rancho
y su mañana es mi desayuno de hoy

esta mañana es la mañana del niño que sueña
de su madre tejiendo su honor
de su padre que será digno algún día
digno de ese niño descalzo
que no sabe de rencor


15 de marzo de 2016

TODOS LOS VIAJES



y es que todos los viajes deberían haber comenzado a ser contigo

Solitaria en el camino
queriendo volver a casa
antes de comenzar.
Desarmando una montaña de arena
o piedra
pateando el agua a la orilla del mar.

De tu sombra en la cama
no ha podido olvidar
que ha llegado viajera
abrazando la almohada.
De tu mano que envuelve
no ha podido soltar
el calor que incendia la sangre
y la escarcha que se derrite.

Es una mesa de algún bar concurrido
esperando la campanada de medianoche
para comenzar un trago inesperado.
Cuenta con su luz
lo que no sabe que está contando
echa una raíz desconocida
en la retina de quien la observa.

Gaviota de un río
la sal en la nieve
montaña que flota
en una ola que está por comenzar.
Huellas de arena
caminando ventanas
un lago de hielo seco
que imita el sonido de tus ojos.

La sombra de un árbol
golpeando cabañas de cuentos
una ruta que termina
donde un grillo comienza a cantar.
El vértigo de un avión dorado
amaneciendo en una curva
la rama de un árbol sobre un tero cantando
destruye ese abrazo que no le diste hoy.

Solitaria queriendo volver
caminante detenida en algún lugar
aventura como un deseo
de esos que son anhelo
más que un plan.

14 de marzo de 2016

RITUAL

Mujer piedra
con el útero en su mano
y la tensión del porvenir.
Mujer piedra
sangrando su don de fémina
mirando la luna negra, partir.
Mujer lágrima
inevitable
hay heridas con las que debes convivir
como si le faltaran capas de piel
sensible
mujer viajera.
Mujer madre
de un sueño que debes dejarlo ir
abrir el paso a lo que renueva
tu alma en pena
por sonrisa nueva
mujer arena
déjalo ir.
Mujer poema
intenta la vida
con un distinto aroma de café
con el amor como última carta escondida
amor que sabe no ser fantasía
mujer que vuela
viajera
lágrimas de piedra
certera.

Para crear y dar luz a la vida
útero poema.

16 de octubre de 2015

EN EL VACÍO

Julia levanta la vista desorbitada y se toma la cabeza. Entrelaza los dedos entre su cabello y tira con fuerza hacia atrás. Los ojos inyectados en sangre... vena por vena de la órbita de sus ojos le quema, le arde.
Julia ya pensó demasiado y ahora necesita comenzar a entender. Busca en medio de la música que la rodea un hueco para salir. Suelta su cabeza. El cabello está tan seco...
Julia está casi demente, al fin empieza a enloquecer. Hay muchas puertas que no puede abrir. ¡Golpea fuerte Julia! Le tiemblan las manos pero no tiene fuerza para cerrar el puño y golpear. No abren... ¡No abren las puertas! Es como en un sueño.
Julia mira su sombra proyectada en mil direcciones. ¿De dónde viene la luz? Quiere encontrase con su sombra y las persigue a todas. Cae de rodillas, se recuesta sobre el suelo, en posición de feto. Y llora un poco, sin que haga eco. Ahora se reincorpora. Todo es blanco, siempre después del llanto se aclara la verdad. Se enfrenta a su miedo a morir, entra en la pesadilla que le carcome las ganas de seguir viviendo.
Julia respira agitada, quiere volar pero... ¿Dónde están las alas? Y desde ese suelo firme que no puede dejar de pisar, pretende entender la locura del vacío, de las puertas, del hueco en la música, de reír, de llorar. Julia dice que está loca y algunos le creen cuando la ven volar.
La puerta que se abrió tiene detrás una guitarra. Siempre los mismos acordes son los que la hacen vibrar. Julia está loca y algunos lo creen, cuando la ven cantar.
Otra puerta se abre y siente el sudor de un cuerpo sin amor que la espera. Cuerpo sin amor para poder amar.
Julia hoy juega a las escondidas con la realidad porque grita ¡piedra libre! a su verdad. Pero... ¿cuál es la ficha que hay que mover ahora?
¡Golpea fuerte Julia! Las puertas se cerraron y tu sombra está partida en mil pedazos y la sangre te quema en los ojos y la música y la guitarra y los versos y los besos y ese cuerpo y las puertas y... caer de rodillas y volver al vientre para no nacer nunca más.

Parece que estás tan loca, Julia, que algún día te escucharán.

31 de julio de 2015

VOLVER A NACER

“El pasado no existe porque no vuelve.
Y el futuro tampoco existe, porque no llega jamás
de la manera que se lo espera”

Hubo una noche en que la Luna dejó de alumbrar.
Hubo un momento en que se abrieron los suelos y desbordaron ríos
que colmaban los cauces.
Fue ese momento en el cual se derrumbaban los árboles, cuando una inmensa sensación de perder la vida, se adueñó del mundo.
Arrancaban desde las entrañas. la sabia que bañaba un cuerpo hundido en el regazo profundo y fértil de la existencia.
Un dolor agudo y desesperante lo tomaba y despojaba del ensueño.
Allá afuera había mucha luz.
Demasiada luminosidad,
que no se asemejaba a la de aquella oculta Luna de su refugio.
¿Cómo hacer para volverse y retornar?
¿Quién lo escucha? ¿Alguien lo escucha?
No es posible que pierda de esta forma la vida.
No es justo que nada sea como lo planeó.
Y así fue…
Así nació una vida.



Ya no pienso en que he llegado a vivirlo todo. Ya no tengo metas a largo plazo y proyectos definitivos. Todo cambia al fin y al cabo cuando empiezas a confiar en él. Sólo basta con no tenerle miedo y dominarlo y dominarse.
Algunas veces me parecen que los suelos se vuelven a abrir
y los árboles se derrumban.
Entonces he llorado amargamente, como un niño recién nacido
que no quiere perder el calor y el placer
del refugio construido.

18 de julio de 2015

Y ahora estás acá
entre mis manos
descubriéndote.
Puro sentimiento
sin antifaz.
Eres tal como quieres que te vean los demás, aunque esto mucho no te importe.
Eres
y te deslizas entre mis manos
fluyes.
Llenas el vacío, matas la incógnita pero generas otra más dulce.
Dulce incógnita.

Y ahora estas acá
entre mis dedos
descubriéndote.
Te observo como observo la luna, sin medir el tiempo.
No me canso de mirar la luna
de mirarte.
Sí, estás en alguien, en alguna parte
llenas de metáforas cualquier espacio en blanco de mi mente.
Eres algo, sí
sucede algo.

¿Y qué hago ahora que estás acá?
¿Cómo te abarco?
¿Cómo te dejo?
Y ahora estás acá
en el centro
justo el centro de mi pecho
abrigando este frío invernal.
Sí, es invierno y vuelvo a casa
sí, es hoy y quiero recordar este momento.
¿Cómo te escribo?
¿Cómo te dejo?
Puro sentimiento
sin antifaz
¿Cómo te entiendo?
sonrío cuando descubro
que no te entiendo.
Así es como te quiero
¿Ves mi sonrisa?
Claro que sí, claro que la ves
es tuya
todo el tiempo que la necesites
se brinda
es.

Y hace tiempo estás acá
caes por mis brazos
tocas mi cuerpo
sentimiento puro
amorfo
gentil, desde donde te mire
ya estás viviendo conmigo, en mí
te filtras entre mis dedos
entre mi alma
y entonces puedo escribir.
¿Cómo te abarco?
tan sólo mirándote.
¿Cómo te escribo?
desde el centro de mi magia.
¿Cómo te entiendo?
con una sonrisa.
¿Cómo te dejo?
no, ya no te dejo
caes por mis brazos
tocas mi cuerpo.

Puro sentimiento.


26 de mayo de 2015

PONERNOS A JUGAR

Mati-Matilda


Llegar y ponernos a jugar
hacerle honor a ese verbo
porque es lindo olvidarnos
del reloj y del tiempo.

La cola al piso
para estar a la par
no necesitamos más que eso
para comenzar.

Divertirme en serio
hasta olvidar lo que disfruto observarte
escucharte, dejarte ser.
Divertirme en serio
e intentar una pausa
con la mirada adulta
que te ve crecer.

Llegar y ponernos a jugar
no importa la cena
ni irnos a dormir
si total el suelo será nuestro mejor lugar
mientras estemos ahí.

Y que me entiendas cuando te hago un chiste
y que me sorprendas con una burla vos…
Y que seamos buenas amigas jugando
porque inventamos el juego entre las dos.

Llegar
un fuerte abrazo
tu sonrisa de bienvenida
y ponernos a jugar.

Mientras
tus canciones afinadas con maripositas
tu risita despertador
tus ojitos con palabras
el peso frágil de tu mano llamando mi atención
tu nombre y apellido nombrado por tu boca
tu dulzura, tu vergüenza y tu imaginación.

Ponernos a jugar
y olvidarnos del tiempo y del reloj.

25 de enero de 2015

LA NOCHE MÁS OSCURA

Y un día la noche se oscureció en la más tenebrosa oscuridad. Pero afuera había estrellas en el cielo, todavía.
Y el eco de la voz que nadie quiere oír, llegó hasta aquella ciudad y cubrió de un manto de sangre todo el país. Fue la ciudad cuna de aquello que crece y sin control, se desparrama. Como la sangre, que asoma aún caliente por debajo de una puerta. La sangre que se lleva por delante las bocas abiertas por el asombro, los ojos furiosos por no querer ver ese horror, las gargantas cerradas, apenas dejando pasar la saliva de un trago frío. La sangre se lleva el aplomo de los que así confirman sus sospechas, el llanto de las hijas que se quedaron sin su papá.
Sangre. Debería salir por los grifos de las casas, debería mancharles la piel, teñirlos de colorado, dejarles su olor. Sangre. ¿Deberían torturarse con ella? Deberían no olvidar y hacer algo para que no vuelva. A ese país le vendría bien no mancharse otra vez de sangre, de esa misma que genera abriendo incansablemente, heridas de muerte.
El país de la sangre, tarde o temprano, volverá a tener sus aguas claras. Pero ahora, la noche más oscura ha llegado y ya casi no puede ser más negra esta oscuridad. Casi… porque afuera (parece) hay estrellas en el cielo, todavía.

27 de enero de 2014

IDEAS

Tengo unas ideas dando vueltas desde que emprendí este viaje. Estas ideas se encuentran en un mismo lugar y son las montañas.
Lo insignificantes que somos es un misterio que contemplo desde mi soledad. Algunas veces resulta que alguien más está con su soledad casi a la par mía y entonces ahí, es cuando un buen momento sucede. Nos deberíamos ocupar más a menudo de que sucedan esos “buenos momentos” que traen personas, historias, cambios, a nuestras vidas. 
Yo creo que cuando observamos con atención, ocurre lo inesperado. He aprendido que estar atento no es ir midiendo, ni estar en guardia. Por el contrario, siento que pongo atención cuando la mente está en calma y me sorprendo con la boca abierta, mirando los inmensos Andes.
O me doy cuenta que ya estoy tiritando de frío de estar estática, sentada sobre esa roca, en la cima de la montaña.
O cuando miro la hora y compruebo que ha pasado más tiempo del pensado, con ese extraño que acabo de conocer.
O cuando tomo registro de lo liviano que se ha puesto mi cuerpo, al estar observando el ir y venir del agua, en un lago o el mar.
He aprendido que en momentos así, fue cuando estuve atenta y lo imprevisto sucedió. Y fue un buen momento.
Hace unos años las montañas vienen contándome algo. Y mientras recreo la vista observándolas, el Sol cambia de lugar, las nubes se forman en el cielo, mi cabello va y viene de un lado a otro, movido por el viento. Y entonces creo que lo que cuentan las montañas es el tiempo. Quizá esto sea más que obvio, pero hoy realmente lo entiendo. Y hasta puedo sentir como el pasado queda atrás. Esta acción de soltar lo que ya no es presente, que tanto me cuesta.
Mirando ahora este lago y el viento que empuja su agua hacia la orilla, es autentica la sensación de presente. No es más que esto ahora mismo, y está bien.
Y las montañas me hablan del tiempo.
Escucho.
Atenta.
Aprendí que el camino soy yo, que él espera por mí. Hoy aprendo que yo soy mi propio tiempo. Y siento este pensamiento tan autentico como este presente maravillosamente azul, como el agua de este lago, y calmo, como las montañas que están detrás. Gentil, como el viento que da sobre mi cara, y eterno, como el vuelo de un ave que está más allá.
Y cuando me estaba yendo pedí un deseo: que sea posible, pensé. Y de inmediato obtuve una respuesta, como el eco que rebota en las paredes imponentes del Cañón de Talampaya. Ese eco tan sólo me dijo: está en tus manos. Haz que suceda.